"Las personas 'peligrosas' de la Marcha de la Dignidad pasaron por Vallecas" por Vallecas Web

Pablo Velasco y Gonzalo Martín | VallecaswebHay quien piensa que el peligro no está en la calle, sino en quedarse en casa sin hacer nada. Así lo piensan y así lo han demostrado los miles de ciudadanos que durante varias semanas han recorrido el país de punta a punta para mostrar su desacuerdo con la situación actual, reivindicando sus derechos perdidos en las denominadas "Marchas de la Dignidad".

Pese al esfuerzo y los kilómetros recorridos, el poso final que ha quedado de esta 'batalla' han sido los minutos finales, donde hubo serios altercados que terminaron con numerosos heridos y detenidos en el centro de la capital. Los medios de comunicación generalistas han "derrochado imaginación" para intentar demostrar que el objetivo final era ese: destrozar el mobiliario público y alterar el orden. Minutos y minutos, horas de debate en el que el objetivo de la protesta se ha diluido en manos de quienes intentan desviar la atención hacia unos incidentes que hagan olvidar el verdadero motivo de tanto esfuerzo, de tanta caminata.Detrás de una movilización de este tipo hay mucho trabajo, y el sudor de miles de personas que solamente intentan hacerse oír con el único arma de la razón. A Vallecas llegó el calor de la Columna de Levante y aquí fueron recibidos por el frío mañanero en Valdecarros. Venían de Rivas-Vaciamadrid, por la A3, todavía mojados por un inesperado chaparrón tempranero pero con los bastones en la mano, los que les guiaron hasta Madrid.

Los manifestantes entran el Villa de Vallecas por la calle de Congosto.(© Foto: PABLO VELASCO / Vallecasweb.com)

La cabecera cruza la M40 por la Avenida de la Albufera. (© Foto: PABLO VELASCO / Vallecasweb.com)

Una manifestante recibe un abrazo de bienvenida en la “Plaza Roja”.(© Foto: PABLO VELASCO / Vallecasweb.com)

Una voluntaria prepara un vaso de zumo para los recién llegados. (© Foto: PABLO VELASCO / Vallecasweb.com)En el Paseo de Federico García Lorca, en Villa de Vallecas, recibieron los primeros abrazos. Y fruta y zumo, necesarios para aguantar el tipo y lo que quedaba de jornada. Comenzó a sumarse gente, incluso niños que con sus padres salieron a reivindicar que la dignidad no se pierde, porque es algo con lo que uno nace.Arropados por vallecanos que se fueron sumando, enfilaron en dirección aSierra de Guadalupe para cruzar sobre la M-40 y entrar en Puente de Vallecas. Numerosos vehículos con sus bocinas animaron a los participantes en la Avenida de la Albufera, mientras los 'peligrosos' reivindicaban sus derechos.En Alto del Arenal giro a la izquierda para, por Pedro Laborde, llegar hasta la denominada “Plaza Roja”. Parada y fonda. Se come, toman caldo caliente, son recibidos por una orquesta y cientos de vecinos les agasajan y esperan para sumarse con ellos a la marcha. Llegan 3 autocares procedentes de Levante. Y son más. Igual de 'peligrosos' que cuando salieron, tan peligrosos como cuando no reivindicaban nada.

Comiendo un bocadillo en la "Plaza Roja" antes de reiniciar la marcha.(© Foto: PABLO VELASCO / Vallecasweb.com)

Los manifestantes durante su paso por la calle de Pedro Laborde. (© Foto: PABLO VELASCO / Vallecasweb.com)

Bajando por la Avenida de la Albufera junto al Estadio de Vallecas. (© Foto: PABLO VELASCO / Vallecasweb.com)

La Marcha de la Dignidad pasa frente a la Junta Municipal de Puente de Vallecas. (© Foto: PABLO VELASCO / Vallecasweb.com)

Espectacular imagen de la Marcha tomada desde el puente de Pacífico, en la Avenida de la Ciudad de Barcelona. (© Foto: PABLO VELASCO / Vallecasweb.com)Tras el descanso y con las fuerzas apretadas, vuelta al camino: Albufera, Buenos Aires, Portazgo, Nueva Numancia… cientos de vecinos salen a su encuentro y la Columna de Levante aumenta su grosor a cada paso. La salida de Vallecas está cerca: frente a la Junta Municipal corean sus derechos, mientras Madrid asoma sus dientes.Pasado el Puente, Vallecas queda atrás y delante el camino final de una jornada festiva y de reivindicación. Llegados a Pacífico el gentío es enorme, curioso nombre —pacífico— para tanto 'peligro' suelto.Les esperan las horas finales, las más duras, las más difíciles. Consiguen hacerse oír, pero sus derechos quedan apagados por el ruido de los vocerosque sólo escuchan el runrún de los incidentes. Al final, lo que queda es el murmullo de que gente 'peligrosa' sale a la calle para romper nuestros bancos, nuestras farolas y nuestras paradas del autobús. También que las lunas de algunas sucursales bancarias han resultado dañadas. Y pensar que por Vallecas, hace sólo unas horas, han pasado por delante de nuestras casas estas personas tan 'peligrosas'…(*) En la imagen que abre esta información, un niño saluda a los manifestantes en el Paseo de Federico García Lorca. (© Foto: PABLO VELASCO / Vallecasweb.com)